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Según la última Encuesta Nacional de Salud Sexual y Salud Reproductiva, conocida como ENASSER 2014-2015, la necesidad insatisfecha de planificación familiar promedio, en el país, fue de 24.2%.

Ante la necesidad insatisfecha de métodos de planificación familiar modernos, el equipo de trabajo del Ministerio de Salud (MINSA) adquirió el implante Levonogestrel de 75mg de dos varillas (10 mil unidades), el inyectable Medroxiprogesterona (40 mil unidades) y el dispositivo intrauterino hormonal con Levonogestrel de 52 mg (3,500 unidades), para la planificación familiar de hasta 53 mil 500 mujeres jóvenes.  

Debido a la mediación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), el MINSA pudo comprar directamente con el fabricante, con lo cual el Estado panameño adquirió por 210 mil 246 dólares lo que pudo costarle 1 millón 267 mil dólares en el mercado. Es decir que hubo un ahorro de 1 millón 57 mil en la compra.

Esta iniciativa llamada Estrategia Integral de Planificación Familiar dirigida a Mujeres Jóvenes, liderada por el MINSA, el Despacho de la Primera, el Ministerio de Desarrollo Social y acompañada por el UNFPA, surgió en una reunión del Gabinete Social.  

Poner fin a la necesidad insatisfecha de métodos de planificación familiar modernos es un indicador importante de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los insumos

El implante Levonogestrel de 75 mg de dos varillas tiene una duración de cinco años; la Medroxiprogesterona es un inyectable trimestral; y el tercer anticonceptivo, el dispositivo intrauterino hormonal con Levonogestrel de 52 mg, que hasta ahora solo se ofrecía en el sector privado, tiene una duración de 5 años aproximadamente. Como estos métodos de planificación familiar modernos requieren para su inserción y remoción de personal sanitario calificado, el MINSA entrenó a ginecólogos, médicos generales y enfermeras para tal fin.

Los métodos anticonceptivos reversibles de larga duración resultan más adecuados para planificar porque la continuidad del uso al año es mayor. Las usuarias permanecen protegidas de embarazos no intencionales hasta tanto decidan retirarse el método o hasta su vencimiento (que ocurre en cinco años, luego de la inserción). Segundo, la eficacia clínica es muy alta. En tercer lugar, y combinando los factores mencionados, el costo final por cada usuaria protegida durante un año resulta muy bajo para el Estado.