Al principio todo era bonito
El noviazgo es una relación afectiva entre una pareja en la que no existe vínculo legal (no están casados) ni de cohabitación (no viven juntos). Durante la adolescencia, en una etapa llena de emociones, ocurren las primeras relaciones de pareja, explica Dora Arosemena, especialista en Prevención de la Violencia y Derechos Humanos de UNFPA. Ella destaca que el noviazgo asertivo se caracteriza por la mutua confianza, apoyo y la libertad de elección.
La prevención de la violencia en las relaciones personales desde los primeros años de la adolescencia, o incluso antes, jugará un papel preponderante para evitar la naturalización de comportamientos violentos, que puedan impactar en las relaciones amorosas y sexuales adultas, en la salud física y mental.
En un noviazgo, las señales de alerta pueden ser muy sutiles, como pedir la contraseña de Instagram o de otra red social a modo de prueba de amor; exigir que elimine ciertos contactos, revisar su celular, la bolsa u otro espacio privado.
El agresor va alejando y aislando a la víctima del mundo. Es un proceso lento.
“Al principio todo era bonito, romántico. Él era divertido, cariñoso. Un día dije algo, hice algo, no recuerdo y se cabreó horrible. No me lo esperaba, quedé en shock. No me defendí, nunca”. Narra Verónica, quien hoy tiene 26 años.
Michelle, que en ese entonces tenía 14 años, recuerda: “Se disculpaba. Decía que nunca más. Pasaban unas semanas y comenzaban los insultos. Me pedía perdón y me culpaba. Trataba de complacerlo para evitar que explotara”.
Desvincularse del agresor es complicado. Las víctimas no hablan de esto. Un poco por miedo y por esa inseguridad crónica que su agresor ha sabido amplificar: “Me decía a mí misma que estaba loca, que yo era la del problema, porque él se había pasado meses diciéndome eso”, reconoce Vivian (hoy de 25 años).
Para las jóvenes que nos contaron sus historias, la opción de contarle a una amiga o familiar fue difícil porque en sus casas o círculos sociales se vivían dinámicas similares.
Algunas pensaron que podían hacerlo cambiar. Coro aprendido en el cine y la radio. “Te autoconvences de que las cosas lindas del principio de la relación se pueden recuperar”, dice Alissa.
Los mitos románticos son usados para continuar con una relación disfuncional, cuya base es el control de una persona sobre otra.
Una y otra vez pasa lo mismo: Peleas y conflictos constantes, luego la explosión violenta y después el arrepentimiento. Reconocer ese ciclo de la violencia es el primer paso para salir de ello, advierte Dora Arosemena.